Como todos los años me gusta hacer uso de la numerología para conectarme con el universo y comprender la misión que colectiva e individualmente tendremos durante los próximos 12 meses. ¿Por qué? Porque conocer el aprendizaje que nos propone la vida nos permite darle sentido a los acontecimientos y procesar paulatinamente todo lo que aporta a la meta.

Las misiones, como la vida, no se cumplen en un punto final sino en el camino que transitamos para llegar.

Visto así, también es cierto que debemos considerar el capítulo anterior para ir comprendiendo la historia completa. Es decir, para entender la energía y misión que propone un año debemos tomar en cuenta la secuencia de los años anteriores, la energía que propuso y cómo se vivió.

2019 es un año 3, en numerología. El 3 suele asociarse con alegría, expansión, expresión, sociabilidad, dinamismo y ligereza. Además de se comprende como una energía de placer, dirección y canalización.

Venimos de un año de misión maestra -11/2- un año donde consumamos la purificación profunda de nuestro ser que gestamos en los últimos 4 años. Nos desnudamos con o sin consentimiento para vernos de frente y crudamente. Estamos en nuestra esencia y nuestro nivel de consciencia es otro. Por eso este año 3 es más que diversión, es JOYFUL.

La ligereza que sentiremos en el mundo externo -en sincronía con el optimismo y ánimo de Júpiter en Sagitario- no será manifestada como esperaríamos: paz, divertimento. El colectivo es reflejo del mundo interno de cada uno de nosotros, y si bien el mundo externo se sentirá más ligero no será por alegría o actitudes frescas, sino porque estaremos liberándonos y transformándonos como colectivo tal y como lo hicimos nosotros como individuos en 2018, lo que veremos será producto de la purga y trabajo interno que hemos hecho con consciencia.

Los mayores alivianes serán internos y en nuestro proceso de individuación: la consciencia y madurez que ya ganamos nos permitirá estar presentes, comprender que la responsabilidad colectiva no es sólo nuestra, es de todos -lo que nos permitirá poner límites-, disfrutar de la divinidad y el amor que nos da la conexión, asumir el verdadero rol que conduce nuestra misión y aportar interna y externamente desde la autenticidad.

La expansión del 3 es una expansión desde el disfrute, pero ¿estás esperando aún el disfrute desde afuera? Si creciste con todo lo que hemos vivido, al igual que yo, sabes que no sólo la estructura es más que un piso, sino que el goce de la vida es producto de nuestra conexión y valía interna. El nuevo orden del amor entra en vigencia y así nuestras fuentes de conexión, placer y gozo se renuevan.

En 2017 recorrimos el camino del tantra, el placer y la conexión con la energía vital como clave para el rediseño de nuestra identidad, mucho golpe a lo básico para poder entrar en lo complejo y profundo > 2018, un año donde la implosión nos permitió hacer un gran espacio, el espacio que necesitábamos para llegar al core de nuestra esencia, a lo valioso, y desde allí recibimos al 2019. Un año que empieza con el silencio de un cuarto vacío en donde escuchamos el eco de nuestra respiración, pero ya no vamos a convertirlo en maletero de vanalidades y caprichos, ese será el trabajo del primer trimestre del año, elegir con consciencia y abrir el camino a la manifestación de nuestra nueva vida.

Este año la comunicación y la expresión serán tan necesarios como demandantes. Cuidémonos del caos externo y del ruido que no aporta. Trabajemos en las creencias, las palabras y la forma que nos acompañan en este nuevo yo. Encontremos la forma en la que queremos expresarle al mundo lo que somos y lo que traemos. El 3 nos da la oportunidad de trabajar el YO para encontrar todo nuestro potencial creativo. Ese será el trabajo del segundo trimestre del año, iniciar -poco a poco- el camino que nos permitirá expresarnos y compartirnos desde lo que somos auténticamente. Para ello tendremos que revisar muchos patrones y creencias, enraizarnos a la tierra sin perder de vista la conexión con el universo.

El 3, al ser un número muy conectado con el aire y al mismo tiempo albergar su poder en un triángulo de bases sólidas, nos propone la misión de trabajar nuestra conexión divina, trascender a los cuerpos sutiles, la consciencia de la energía y el poder del silencio para que cada expresión sea con la palabra precisa, la mirada firme, el cuerpo ligero y enraizado pero, especialmente, desde un corazón cristalino, consciente de las emociones y los sentimientos que tenemos, que queremos y que tenemos que atravesar para poder seguir avanzando. El tercer trimestre del año estaremos mostrándonos, encontrando el coraje -o las bases- para entregarnos y atrevernos a VIVIR a plenitud nuestra verdad. ¿El costo? El mismo de siempre: soltar, pero esta vez las viejas estructuras de lo que creíamos familiar, seguro y nos generaba estabilidad emocional.

Si ya en un año 11/2 integramos la energía dual: lo femenino y lo masculino, el liderazgo y lo emocional. En un año 3 la integración es de nuestros cuerpos, de los planos energéticos que nos componen, esa es la energía sutil y poderosa que tenemos que invocar para completar un ciclo de creación divina de nuestro ser y tener la tarea lista para entrar en una nueva era. Ese será el trabajo del último trimestre del año la conexión con lo trascedente, con nuestros cuerpos sutiles y la purificación final> la de la espiritualidad.

Somos responsables de nuestra propia creación, de nuestro SER renacido en función de la esencia que hemos descubierto y no de la imposición de dónde y cómo crecimos. Por tanto, somos responsables de reconstruir TODO lo que a partir de ahora será nuestro core, nuestro hogar, nuestra estabilidad. La diferencia es que, si estamos conectados con el trabajo del año, lo haremos en sincronía con las nuevas frecuencias del universo y estaremos sentando las bases de nuestra vida por los próximos 15-20 años.

Bienvenidos todos a la era de Acuario, nos estamos despojando de lo que no será permitido -lo impuesto, lo falso, lo apegado- para poder entrar en la nueva vibración de la humanidad y el universo -la consciencia, la autenticidad, la libertad y la trascendencia.

¡Estamos juntos en esto!

Con amor,

Bea.-