Estamos bombardeados por información prolija sobre el eclipse total de luna que hoy viviremos así que, como mi especialidad no es la astrología, dejo a los expertos sus perspectivas sobre los movimientos planetarios. Lo que sí quiero rescatar con ustedes es, como siempre, ¿cuál es la energía universal con la que podremos sincronizarnos estos días?

Sí, este eclipse es particularmente significativo, no sólo por la gran cantidad de planetas transpersonales involucrados sino también por ser el más largo que tendremos este siglo -103 minutos. Los eclipses generan cambios astronómicos y físicos, debido a que los grandes astros involucrados -sol y luna- emanan ondas que generan respuesta en diferentes cuerpos naturales. En el caso de la luna, todos los cuerpos acuosos -incluyendo el humano que es 70% líquido- se ven afectados por la interrupción “irregular” de sus ondas y campo electromagnético por un período largo de tiempo.

Así que, respondiendo a la pregunta más recurrente de mi comunidad en instagram, el eclipse lo sentimos particularmente en nuestro cuerpo físico así que miremos cuáles son los síntomas o dolencias que presentamos ya que nos habla también del proceso que estamos sanando.

Time to heal

¿Por qué la dolencia que sintamos nos habla de nuestro proceso? porque el agua es el elemento de las emociones, por eso a la luna le relacionamos directamente con la emocionalidad y el chakra del corazón.

Al inicio de la temporada de eclipses les comentaba que íbamos a limpiar los sedimentos de nuestros patrones. Aspectos que aunque hallamos trabajado se han quedado profundamente en nosotros. Pues bien, este eclipse sólo intensifica la necesidad de sanación y limpieza profunda de nuestro mundo emocional, de nuestro corazón, de nuestro centro, de nuestro valor, de nuestra identidad. Así que, con más razón aún, atentos al cuerpo.

Los eclipses no sólo son tiempos de grandes cierres, sino también de grandes aperturas. Porque soltar es recibir.

Este eclipse es el último eclipse de luna en los nodos Leo-Aries -aún falta uno de sol en Leo el 11 de agosto-, esto quiere decir que es the last call para cambiar profundamente nuestro mundo emocional y abrirnos a una nueva identidad, una a la cual podamos entregarnos enteramente -como bien lo hace Leo- y con la cual podamos servir y sentirnos parte del colectivo -como buen Acuario.

Sentirnos parte siempre será un llamado, pero ya no podemos ser parte de lo mismo ni de la misma manera, porque somos otros. Estamos en la manifestación de nuestra nueva identidad, pero especialmente de nuestra nueva VIDA. ¿Cómo nos relacionamos con los demás? ¿a dónde quiero pertenecer? ¿cuál es mi nueva misión? ¿cuál es mi nuevo ritmo? ¿a dónde pertenezco?

Este será el legado de la polaridad Leo-Acuario con la hemos trabajado por un año -y todavía nos quedan unos meses. La preparación para cambiar al eje Cáncer-Capricornio, donde trabajaremos desde el corazón con el amor que nutre y hace que las cosas pasen.

Todo lo que está saliendo a la luz ahora debe ser sanado y disuelto definitivamente desde el amor y la consciencia plena de que es necesario soltar, en pro de la evolución por la que tanto hemos trabajado.

“Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor”. Anclémonos al verde sanador, evitemos la reactividad y la agresividad. Todos estamos cambiando profundamente, y para hacerlo necesitamos sanar las heridas más profundas. Conectemos con el amor y sus formas más auténticas.

Happy full moon and breath in, queridas.

Con amor,

Bea.-