Si te cuesta realmente dejar ir y fluir con la energía del desapego, puedes empezar por lo más sencillo: tus objetos. 

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Desarma tu closet bajo la siguiente premisa: todo aquello que tengas más de cuatro meses sin usar o que ni siquiera puedas recordar la última vez que te lo pusiste debe ir a la beneficencia si aún está en buen estado. Seguramente encontrarás prendas con valor emotivo de otra época, pero si no las usas y cumple el criterio de los cuatro meses: bye bye birdie.

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Otro ejercicio es eliminar esa conversación de whatsapp que te cuesta borrar, limpiar tu bandeja de correo electrónico o depurar tus amistades en Facebook o seguidores en Instagram. Suenan como ejemplos pequeños pero la sensación de “ligereza” que sentirás al hacerlo te dará una idea de cómo fluir mejor con la idea de “dejar ir” asuntos mucho más grandes. 

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Si necesitas un impulso simbólico, trabaja con el elemento agua. El agua todo lo aclara, todo lo limpia, es una energía muy poderosa. Si tienes la oportunidad medita frente al mar o a un río observando con consciencia cómo cada ola es distinta a la anterior. Ten presente que “nadie se baña dos veces en el mismo río”, porque el agua corre transformando al río y porque no somos iguales a cada momento que pasa. Si no tienes acceso a la naturaleza, puedes trabajar el elemento agua con su sonido o en la ducha, lo importante es que aprendas a fluir con ella. 

Al final, de eso se trata todo. De aprender a soltar de forma natural, sin oponer resistencias, sin que la mente o los miedos nos mantengan atados a lo que el río debe llevarse. Hay una belleza en el fluir que se parece a la entrega irrestricta. Fluir es effortless, es sentir los músculos libres de toda tensión mientras la corriente nos empuja. Fluir es confiar en nuestra propia naturaleza divina, saber que todo es perfecto, que todo, absolutamente todo, por terrible o maravilloso que parezca, simplemente “está bien”, porque es lo que debemos vivir.

Bea Saez 

BEA Method