A penas nos quedan unos días de 2017 y sé que están esperando que hable de 2018, pero no, aún no. Este año ha sido lo suficientemente transformador para “salir del paso“.

¿Cómo se despide un año 1? el 1 en numerología significa el YO, liderazgo, poder personal, decisión y la energía masculina creadora en pleno. ¿A alguien le hace click? Pues bien, lo cerramos con fuerza interna, con la certeza de quiénes somos ahora y con la determinación de SER.

Sí, este año sentimos la energía de cambio más cerca porque se refería a un trabajo absolutamente personal. La transformación ha sido de adentro hacia afuera -aunque en lo externo también sintamos movimiento-, somos nosotros mismos los que transitamos por un proceso de redefinición, ese “nuevo yo” del que tanto hemos hablado en los últimos meses ya está más claro en nuestra mente y corazón, es hora de integrarlo -aprovechando el invierno- y trabajar en su manifestación -a propósito del verano y la próxima primavera-.

La última semana el universo hizo su propia movida para hacer el shift que nos viene anunciando la B89. Saturno, Mercurio, Solsticio, Luna Nueva y ahora Venus, cada uno aportando a lo mismo: lecciones de libertad que ahora tenemos que trabajar para materializar -Capricornio season-.

Venus, planeta del deseo, la energía femenina, los talentos, la fertilidad y el disfrute es la última carta que jugamos en #2017 y de la cual quiero que tomen consciencia porque todo este trabajo que hemos hecho merece su manifestación. Además me encanta que lo hagamos con Venus, el cierre perfecto para un año de trabajo con el set tántrico y la energía del disfrute.

Venus en Capricornio -a esta altura del partido- nos da la determinación necesaria para que hagamos de nuestros deseos e intenciones la siembra de ese nuevo yo. Es la hora de lo que verdaderamente nos pertenece, nos hace felices y nos define luego de un proceso de reconstrucción. It’s time to shift! y con la energía vital reciclada estamos listas para la recta final. Nada de desperdiciar deseos en lo que ya no vibra con nosotras, nada de seguir pidiendo lo que sabemos que no nos conviene.

Este último tránsito es también una energía de madurez, el shift que necesitamos para cerrar. Debemos tomar consciencia de lo que realmente merecemos, cambiando la satisfacción inmediata por esa recompensa que sabemos nos brindará bienestar y estabilidad.

Trabajar con la energía tántrica este año fue un camino para romper paradigmas sobre la evolución. Podemos disfrutar en el proceso de aprender, de reinventarnos, de elevar nuestra consciencia. Desde el placer podemos conseguir la energía vital y transformarla en consciencia. Nuestro espíritu se fortalece en la medida que asociamos el bienestar con el cambio.

Let’s do this! cerremos el 2017 por todo lo alto -de nuestro amor propio- que el 2018 promete.

Con amor,

Bea.-