¿Se imaginan si pudiéramos comprar la felicidad como unos muffins? 
– Señor deme 7 que necesito uno para cada día- diríamos al entrar a la tienda.
Entonces pondríamos en manos del pastelero, nuestra felicidad, aunque nosotros escogieramos la cantidad para llevar a casa. Esto nos lleva, a que el día que el pastelero cierre el negocio, no seremos más felices hasta que aparezca otro pastelero y nos venda otros 7 más. Igual es la vida cuando ponemos a cargo nuestra felicidad en terceros: si estamos solos, en una pareja, si estamos en pareja, al nacimiento de un hijo, si vivimos en un lugar, mudarnos a otro y así sucesivamente, porque la vida está a cargo de otros o de algo y no de nosotros mismos. 

 

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Nos hacemos dependientes, a veces por ser aceptados en una comunidad, o por no molestar, dejando a un lado lo que realmente queremos hacer o lo que nos gusta. La dependencia nos baja nuestro autoestima, nos anula como personas, poniéndonos en una zona de confort, porque, total, si mi felicidad depende de otro, cuando no me haga feliz será su responsabilidad no la mía. 

 

Cuántas parejas que se separan los oyes decir: ya no encontraré la felicidad 

 

Muchas personas, terminan convirtiendo a su pareja en el pastelero de los muffins de su felicidad, a veces exigiendo que cada día haga más y más pasteles, convirtiendo una relación sana en una relación tóxica de dependencia, que tarde o temprano terminará por la saturación de una de las partes. 
Debemos entender que somos personas únicas y especiales, eso también nos da la responsabilidad de buscar nuestra felicidad en nosotros mismos, sin dejar de cumplir nuestro rol en nuestro entorno, no se trata de ser Thelma y Louise y dejar todo para buscar la supuesta felicidad, es respetar nuestras decisiones y gusto y hacer entender a nuestro entorno lo que nos hace feliz y sus limitaciones. 

 

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¿Cómo hacernos cargos de nuestra felicidad?

1- Acepta tus decisiones: 
Por muy difícil que resulte al principio, tomar tus decisiones y respetarlas te hará responsable también de los resultados obtenidos. Todo cambio tiene sus consecuencias, sean malas o buenas, son tuyas y debes ser tu el primero en respetarlas. 
2.- No juzgues: 
Detrás de cada uno, hay una historia vivida que lo ha hecho llegar hasta donde ha llegado. Somos personas son únicas y especiales, ni somos mejores ni peores, somos igual al resto, con talentos y dones que nos hacen especiales, pero no mejores. 
3.- Trabajemos nuestro Ego: 
La auto exigencia, nuestro éxitos crean un mundo interior el cual nos terminan aislando de nuestra realidad, creando una burbuja a nuestro alrededor, que cuando se rompe, nos muestra la fantasía que vinimos construyendo en todo ese tiempo. Esa realidad fuera de la burbuja nos muestra al ser humano puro, sin pretensiones, liviano, el que no tiene que demostrar su valía, porque el mismo conoce sus virtudes y limitaciones. 
4.- No te compares: 
La vida de otra persona no es mejor ni peor que la tuya, es su vida. Cada uno tiene un camino recorrido, un entorno que lo formó como individuo. Recuerda somos únicos y esa característica nos hace incomparables ¿cual es tu punto de referencia? eres tu mismo. 
5.- Asume tus responsabilidades: 
Así como vamos al trabajo, pagamos nuestras facturas, cuidamos a nuestros hijos, también somos responsables de nuestras decisiones para ser felices. La decisión de ser feliz es solo tuya no depende de otros. Debemos de cambiar nuestra manera de ver las cosas y ser más objetivos ¿realmente nos afecta las desiciones de terceros? No, realmente no, es la forma de como lo ves y lo que asumes. ¿que haces tu para ser feliz, buscas algo que te motive? Si la respuesta es negativa, entonces eres responsable de como te sientas ahora, de lo que te afecta, de no cambiar, de quedarte enganchado al problema, solo tu tienes en tus manos tu felicidad, solo tu tienes en tus manos el cambio eres responsable de ser feliz.
6.- No te conformes: 
Para terminar existe una paradoja de Abilene de Jerry B. Harvey, la cual explica de manera clara, la conformidad, la tendencia de tomar desiciones para satisfacer a terceros poniendo tus decisiones y lo que deseas en segundo plano.
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Dicha paradoja dice así:
“Una calurosa tarde en Coleman, una familia compuesta por suegros y un matrimonio está jugando al dominó cómodamente a la sombra de un pórtico. Cuando el suegro propone hacer un viaje a Abilene, ciudad situada a 80 km., la mujer dice: «Suena como una gran idea», pese a tener reservas porque el viaje sería caluroso y largo, pensando que sus preferencias no comulgan con las del resto del grupo. Su marido dice: «A mí me parece bien. Sólo espero que tu mamá tenga ganas de ir.» La suegra después dice: «¡Por supuesto que quiero ir. Hace mucho que no voy a Abilene!».
El viaje es caluroso, polvoriento y largo. Cuando llegan a una cafetería, la comida es mala y vuelven agotados después de cuatro horas.
Uno de ellos, con mala intención, dice: «¿Fue un gran viaje, no?». La suegra responde que, de hecho, hubiera preferido quedarse en casa, pero decidió seguirlos sólo porque los otros tres estaban muy entusiasmados. El marido dice: «No me sorprende. Sólo fui para satisfacer al resto de ustedes». La mujer dice: «Sólo fui para que estuviesen felices. Tendría que estar loca para desear salir con el calor que hace». El suegro después refiere que lo había sugerido únicamente porque le pareció que los demás podrían estar aburridos.

El grupo se queda perplejo por haber decidido hacer en común un viaje que nadie entre ellos quería hacer. Cada cual hubiera preferido estar sentado cómodamente, pero no lo admitieron entonces, cuando todavía tenían tiempo para disfrutar de la tarde.”


Recuerda: Tu eres dueño de tus decisiones y responsable de tu felicidad… 

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