Hoy en muchos países celebramos el día de la madre. En una cultura tan matriarcal como la hispana es difícil entender la maternidad fuera de la abnegación e incluso la anulación de sí misma.

Ser “buena madre” pasa entonces por dejarlo todo, hacerlo todo, entregarlo todo… Esta exigencia social nos ha llevado a la supresión del pilar familiar ¿y si el pilar no está bien, algo lo estará?

¡Claro que esa no es la única forma de ser madre! Claro que cada núcleo familiar puede –y debe- establecer sus acuerdos. Claro que ser madre es como todo proceso creativo: hay momentos para estar más, otros para estar menos, pero siempre siempre debe trabajarse en sí mismas para que la energía de la creación fluya y apunte hacia donde queremos –o hacia donde más nos convenga-.

Actualmente notamos muchos problemas de “fertilidad” en generaciones que están en pleno florecer. Últimamente he podido trabajar de la mano de varias coachees para tratar estos issues. Si bien cada caso tiene sus aristas, creo que la consciencia femenina ha encontrado tanto su lugar en el mundo que les da miedo perderlo, porque sobre el rol de madre poco hemos avanzado socialmente.

Para ser madre la mujer debe conectarse con su capacidad creadora al 100%, debemos encontrar ese núcleo desde donde todo lo que hacemos vibra en cada célula de nuestro ser y en cada onda de nuestra alma. Muchas se dirán a sí mismas “pero si ser madre es lo que más deseo en el mundo”, la pregunta no es esa, la pregunta es ¿qué es ser madre para ti? ¿qué lealtad guardas con tu linaje? ¿qué te aterra de ser mamá? ¿lo asocias con crecer o con perder? ¿qué es la fertilidad? ¿te da miedo no tener la aprobación de la sociedad en tu propio estilo?

Estamos ante una generación que ha trabajado mucho su lugar en el mundo, que ha tenido que redefinirse como género y que sin duda debe descubrirse y trabajarse antes de multiplicarse.

Porque ser mamá no pasa por anularnos, pasa por multiplicarnos ¿tienes la consciencia para crear consciencia? ¿tienes el valor para romper patrones y hacerlo a tu manera? ¿tienes la fuerza interna para ser tu misma y compartirte? Y sé que muchas también estarán pensando en todas esas mujeres que no pasan por estos “problemas” y no se han trabajado a sí mismas. “Al ignorante lo protege Dios” diría mi madre, pero especialmente: ellas eligieron otro camino para aprender. Hay que dejar de mirar lo que al otro le sucede o no porque de hecho ese es parte de tu aprendizaje: este es tu camino, esta es tu situación y esta eres tú. Si algo viniste a aprender es a encontrarte a ti misma y hacerlo a tu manera.

Otros días de la madre lo he abordado desde la visión del hijo, a quien también se le inculca una lealtad irrestricta al linaje materno o paterno, obstruyéndose su propio camino. Hoy, habiéndoles explicado la visión de esta madre individual y creadora de sí misma espero comprendan mejor el ejercicio verbal que nos da la constelación familiar: “Gracias por la vida mamá. Te pido tu permiso y bendición para hacerlo a mi manera, tu me la diste ahora yo haré algo valioso con ella”.

Honrar a mamá es honrarnos a nosotros mismos, reconocer su inmenso amor y valor, y comprender que así como ella es mejor cuando se trabaja a sí misma, así mejores somos cuando nos creamos a nosotros mismos.

 

Con amor,

Bea.-