Hoy quisiera compartir lo que me ha sucedido esta semana en mi práctica con una clienta al terminar su consulta.Esta clienta que llamaremos Mary, me pregunta: “¿Me puedes describir a Beatriz en una situación difícil de solucionar?”

Yo, desde la honestidad y basándome en mi experiencia personal de varios años trabajando en el área de crecimiento personal, traté de simplificar mi explicación en 5 puntos claves.

1)    DARME CUENTA que ante una situación que me sacó del centro, simplemente me enojé, me asusté, huí, grité, pude caer en un ataque de histeria, me asfixié, lloré, me paralicé… no importa como haya sido. Lo importante es TOMAR CONCIENCIA  y asumir la responsabilidad de mi reacción, hacerme cargo de mi persona.

2)    ABRAZAR todo el proceso y aceptar que me he desfragmentado. Que ha pasado antes y probablemente sucederá en algún momento futuro. Así que tomo refugio en mi respiración, en reconectarme con mi cuerpo y con el momento presente. Abriendo espacios donde pueda contenerme y ver con mayor claridad la situación. Pero sobre todo salir del drama de la culpa, de colocarme como la víctima o  de sentir vergüenza. Aceptación que la embarré y que puedo hacerlo mejor.

 

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3)    SOLTAR LAS RESISTENCIAS aquellas que me atan y desean mantenerme en el control y la razón. De igual manera soltar aquellas que rechazo aversivamente y me mantiene aterrada, cerrada y predispuesta. En inglés hay una palabra hermosa, “Surrender” ,dejarse ir y confiar en el proceso. Así que activando mi observador y comenzando a sacar la ficción que distorsiona los hechos comienzo a sentir definitivamente una gran liberación.

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4)    El VACíO, la noche más oscura cuando soy “vulnerabilidad” al 100%, ya no queda malo o bueno, ya no hay vueltas atrás, cuando sólo esté lo que es. Es ese punto del proceso, en el que se desarticulan los juicios y los pensamientos viciosos que sólo restan y generan más sufrimiento; allí observo mis actitudes, las acciones y el lenguaje que uso, que hacen daño a mí y a otros. En ese punto me sumerjo en aguas profundas para llegar a la raíz, llegar al “bottom line” del asunto, donde todo se desboca, donde la vida se me descarrila.  Llego ahí, para tomar consciencia de la verdadera causa, de lo que verdaderamente duele, para sanar, sanar y sanar. Después de allí solo queda el silencio, la pausa, la nada, la paz.

 

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5)    RESOLUCIÓN, llegados a este punto, ya pasó la tormenta, sólo queda tierra fértil y arada. Sólo allí puedo sembrar las semillas nuevas que trae la reconciliación, contigo y con lo externo. Nacen nuevos acuerdos, nuevas actitudes, cambios de hábitos. Aquí nace el perdón, para conmigo y para el otro. Restablezco relaciones o fomento nuevas. Nacen nuevos proyectos. Desde este gran espacio de Wholeness, donde esta el merecimiento , la gratitud y del renacer, doy los primeros pasos para un nuevo ciclo de plan y de acción.

 

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Este es un ejercicio que sirve para todos. Puede ser que me tome unas horas, un día o semanas para llegar a la paz. El punto es atreverse, asumir tu compromiso contigo, con tu bienestar, tu crecimiento y con tu evolución. Practicarlo me ha servido para reducir el tiempo perdido por el drama y el sufrimiento, transformándome en una persona más objetiva, con más discernimiento y felicidad.

Aquí se trata de asumir la responsabilidad y a partir de ahí, ser conscientes, firmes, gentiles y amorosamente determinados, para sacar lo mejor de nosotros ante cada situación de quiebre que se presente.

No importa si fue el choque del auto, la pérdida de un ser querido, un divorcio, una discusión o te botaron del trabajo, Lo importante es tomar el tiempo, vivir en profundidad y descubrir en ello un mundo inesperado, extraordinario, con nuevas posibilidades…

Bea Sáez.