“Una tristeza tan grande tan grande que no puedo respirar”. “Una rabia tan fuerte tan fuerte que siento que voy a explotar” ¿lo han sentido alguna vez?
Múltiples estudios han descubierto la relación entre las emociones y el cuerpo físico, incluso se ha demostrado el origen emocional de las enfermedades. Sin embargo, aún no integramos dos puntos vitales: la atención que debemos tener a nuestro cuerpo para identificar lo que mental o emocionalmente está afectándonos, y la comprensión del cuerpo físico como una autopista de doble vía.
¡Nuestro cuerpo nos chismea!
Sí, nuestro cuerpo puede decirnos a través de dolencias, lesiones o accidentes leves -o no- que hay un proceso emocional o mental sabotéandonos hasta hacerse manifiesto. Por ejemplo, según sea el nivel del dolor en la espalda, podemos saber si estoy preocupándome por mis padres, por el dinero o por mi pareja. En las piernas se manifiestan nuestras ansiedades o emociones sobre las decisiones que tenemos que tomar. En los brazos tenemos la representación de nuestra expansión o crecimiento. En el abdomen nuestra fortaleza… y así con el resto del cuerpo.
Lo mismo ocurre con el dolor, dependiendo de dónde lo tengamos, si es del lado izquierdo o derecho, si tiene que ver con huesos o tejidos, etc. Todo nos indica si es mental o emocional, si tiene que ver con nuestro lado masculino o femenino, si es que nos duele o es que tenemos miedo. Estar atentos a nuestro cuerpo es vital para nuestro bienestar, no sólo porque lo podemos tratar inmediatamente, sino porque a través de él podemos tratar nuestros problemas de fondo: pensamientos o emociones.
Nuestro cuerpo negocia
Esta capacidad es una de las maravillas que podemos hacer para trabajar con lo intangible. Y es que así como la emoción o pensamiento hablan a través del cuerpo, nosotros podemos hablar con nuestras emociones y pensamientos a través del cuerpo. Para los escépticos o terrenales resulta una de las mejores formas para trabajar los problemas de fondo, ya que suelen ser trabajos sutiles -llenos de intención- y muy físicos.
Las terapias corporales son múltiples, (Cráneo Sacral, Masaje Terapéutico, Meditación Activa, Detox, etc.) por eso cada persona puede encontrar una elección que se ajuste a ella, pero es importante contar con una orientación que te permita hacer del trabajo corporal una herramienta para evolucionar no sólo físicamente, sino emocional y mentalmente.
Si deseas saber más o estás interesad@ en dichas terapias corporales, te invitamos a una charla gratuita un webminar, donde abordaremos este tema y la utilidad de cada terapia.
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Recuerda: En esta época de vacaciones todos empezamos a sentir dolencias, como quien busca una excusa o una justificación para el verano. Pero más allá de dormir horas extras, entiende ahora que esas dolencias posiblemente son quejidos de tu corazón y de tu mente.
Atiéndelas.
Bea Saez
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