El solsticio de verano en el hemisferio norte es una puerta que se abre el 21 de junio para dejar entrar al Sol a la Casa, literalmente: el sol entrará en Cáncer, signo que representa la casa, la familia y las cosas que nos hacen sentir seguros. Regido por la luna, los nativos de cáncer son amorosos, entregados y sensibles. Pero la cara opuesta de la luna también los hace apegados y caprichosos.

El sol en la casa también implica iluminar aspectos de la intimidad que usualmente están escondidos o bajo resguardo. Seremos capaces de observarlo todo y abrazarlo todo con el amor integrador de Cáncer. Para ello, muchas culturas celebran los solsticios con rituales asociados al fuego (el sol) y al agua (cáncer).

Un aspecto clave, ahora que Urano está en Tauro, es cómo nos relacionamos con el planeta. La Tierra, nuestra casa, está demandando atención de formas inesperadas: terremotos, inundaciones, volcanes activados ¿Qué nos está diciendo el planeta? ¿Qué es lo que quiere comunicar? El solsticio marca el cambio de temporada más contrastante de todos, así que es una excelente oportunidad de conectarnos con mayor “claridad” con la naturaleza y sus ciclos.

Como seres despiertos, nos corresponde escuchar su llamado, pero, ¿cómo prestar atención a los cambios globales que son tan intempestivos? Cada ser vivo en la tierra es una “sucursal” del planeta: forma parte de él a la vez que lo contiene. Observar tus propios cambios corporales, prestarte la debida atención es una forma de contribuir con el planeta.

Aunque esta visión pueda parecer ego-centrada, lo he repetido muchas veces: el primer paso para ayudar a los otros, especialmente cuando se trata del planeta, es empezar por ti misma. Trátate con respeto, escoge con cuidado tus comidas, hidrátate con consciencia de que el agua te ayuda a fluir en tus procesos y recoge la “basura emocional” que los turistas de los sentimientos dejaron en tus costas.

Prepárate para la celebración del solsticio, primero con el corazón y luego con los rituales físicos. Por ejemplo, toma un baño largo la noche del 21 a la luz de las velas, enciende velas blancas en tu casa que aviven el camino por donde entrará el sol, compra rosas amarillas o girasoles que simbolicen la luz de la casa y escribe una lista de deseos cuyo hilo conductor sea hacer de ti misma tu propio hogar.

Esa será la lección más importante por aprender durante el ciclo de los próximos 6 meses que empiezan con el solsticio de verano en el norte. Asegúrate de aprovechar toda esta energía con consciencia y aportar a la construcción material de tu nueva versión.

 

Con amor,

Bea.-