Estamos en equinoccio de primavera/otoño y cada vez que llegamos a este ciclo de la naturaleza estamos invitados a soltar para florecer. Este año se hace particularmente más evidente la energía porque justo cae en el cierre de la temporada de eclipses –época de autocleaning-, y sin duda alguna estamos viendo nuestra vida transformarse. 

Hace una semana tuvimos eclipse parcial de Sol, y les escribí sobre el cambio del terreno. Hoy es el equinoccio, cambiamos de estación. En unos días es el eclipse total de luna, cambiamos de emoción. ¿Aún no lo ves? El cambio se eleva convirtiéndose en una verdadera transformación. Estamos listos. 

El equinoccio nos marca el momento del florecimiento vs. el dejar ir, al tiempo que a penas se reincorpora con fuerza Saturno en Sagitario; estamos ante el renacer de nuestro ser. Dejar ir no con el sentimiento de pérdida, sino con la consciencia del vacío que se siente cuando desalojamos un espacio para mudarnos a uno nuevo.

Tenemos todo el año entrenándonos para este momento, conectando con nuestra “chispa”, reconociendo nuestra fortaleza, comprendiendo el corazón, descubriendo nuestro deseo. La sabiduría del cosmos nos ha preparado haciéndonos pasar por un autoexamen y ahora nos abre un portal para pasar de nivel, un nivel donde estemos más cerca de nuestra misión y más lejos del “deber ser”. 

Veamos este equinoccio –con sus eclipses incluidos- como la oportunidad de evolucionar. Percibamos este cambio de estación como la vuelta de hoja. 

Para muchos el desprendimiento de estos días –o los próximos seis meses- puede resultar doloroso, conflictivo, traumático. Sin embargo debemos ganarle a las circunstancias y despedirnos con sabiduría. Al fin y al cabo, al voltear la hoja hay un universo por escribir y un pasado que guarda nuestra historia y lo que somos hoy. 

Cada ápice de lo que soltamos está lleno de nosotros, sí. Y por eso debemos honrarlo, darle las gracias, reconocerlo… y dejarlo ir, porque para crecer hay que dejar atrás lo que nos queda chico. 

 

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Ejercicio para soltar honrando

A esta altura si no lo has vivido lo intuyes. Ya sabes qué es lo que dejarás ir con el otoño para poder florecer con la primavera. Así que aprovecha esta semana la energía y realiza este ejercicio con la intención de un rito que te ayuda a abrir la puerta para decir adiós. 

Toma un papel y un lápiz, busca objetos significativos de esa etapa que quieres despedir –fotos, recuerdos, cartas…-, compra flores, y prepárate como si tuvieras una cita con ese alguien/algo. Incorpora todo lo que creas que te ayuda a entender que es un momento especial. 

Llegado el momento, y rodeado de los objetos, escribe una carta de agradecimiento. Enumera con amor cada regalo que recibiste de esa persona o circunstancia. Contabiliza tus ganancias. Al finalizar, escribe fuerte y claro GRACIAS. HONRO TU PASO POR MI VIDA. ME COMPROMETO A RECONOCERTE SIEMPRE Y A HACER CRECER TODO LO BUENO QUE EN MI SEMBRASTE. 

Ciérralo y déjalo en tu sitio de poder o meditación por una semana. Léelo durante 9 días seguidos. Al noveno día llévalo a algún lugar lindo (preferiblemente el mar o un río), lánzalo y mira cómo se pierde en el horizonte. Despídete y no mires atrás. 

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