No hay nada que me asombre más que la sincronía del universo y lo poderoso que es estar alineados a la energía divina.

Para quienes han estado siguiéndome este año saben que la misión y desafío del 2018 reposaba en la numerología maestra del 11/2. Un año en el que el liderazgo personal se fortalecía al mismo tiempo que encontrábamos la importancia y el lugar de las relaciones interpersonales en nuestra vida. Un nuevo orden de amor que nace en el amor propio, el poder personal… para desarrollar un amor sano, verdadero, íntimo y sin apegos.

El año, luego de mucho trabajo de reestructuración, cierra con un trimestre que nos invita a revaluarnos integralmente pero, especialmente, ganando equilibrio emocional. De allí que la botella de aurasoma que utilizo este mes nos apoya en el tránsito hacia nuestra nueva realidad.

Que la retrogradación de Venus se de en el sigo de la transformación -Escorpio: muerte psicológica, física o emocional- justo para cerrar un año donde la relación con el amor ha de ser reestructurada, es más que una señal, es el regalo más preciado de la sincronía con el universo.

Además, esta energía la acompaña el ciclo que abre la luna nueva en Libra -que responde a Venus- y que siempre nos da la oportunidad de revaluar, rediseñar y resetear nuestras relaciones interpersonales. Ahora con la potencia de un período ideal para ir adentro y profundo en nuestros deseos, la fuente de nuestro amor -y sus vicios- para generar vínculos verdaderos.

Si hemos hecho el trabajo del año hoy debemos sentirnos muy distanciados de quienes éramos hace meses. Emocionalmente hablando hemos tenido fuertes cambios, mucho que soltar, mucho que aceptar y llegó el tiempo de sanar e integrar. Esto se ha manifestado en nuestra vida tangible -gracias a Plutón en Capricornio y el año del perro– por lo que el trabajo ha sido en todos nuestros cuerpos.

Ahora que nuestro nuevo YO se ha manifestado, ha hecho pruebas de ensayo y error, ha explorado su nuevo diseño… estamos más cerca de nuestra autenticidad y con ella viene un regalo maravilloso en cuanto a las relaciones. Si somos más reales nuestras relaciones son más verdaderas. La pregunta es ¿estás abriéndote a relaciones íntimas?

No en vano este año hice un pequeño manual de intimidad para generar vínculos verdaderos con quienes nos relacionamos afectivamente. Esta es la mejor forma de invertir e impulsar nuestra relación con la energía del amor.

Por supuesto, la primera relación es con nosotros mismos ¿estás amándote de una nueva forma? ¿estás siendo real, espontáneo, desapegado y abierto contigo mismo? Los próximos 60 días estaremos dispuestos a revisar esta relación con nuestro propio amor y, por reflejo, con todos nuestro vínculos amorosos.

Hace poco leí “todo en esta vida es una relación de amor”, entonces estaríamos en un período para construir una vida más real, una vida de amor. I’m in! are you?

Con amor,

Bea.-