Aunque ya les hablé de la energía del año y su misión 3, aún tenemos tela que cortar.

Como les dije, hemos trabajado por mucho tiempo lo que se consumará formalmente en el 2020 pero que ya sentimos muy fuerte > el cambio de era. ¿Con qué se come esto? “sencillo”, nuestra consciencia individual y colectiva está cambiando, trascendiendo. Todo apunta a una era de mayor autenticidad, liberación, innovación y apertura a lo desconocido o lo “no tradicional”. Pero también a una era muy colectiva.

Como este año comenzaremos a sentirlo y vivirlo, gracias a la energía expansiva y extrospectiva del 3, quiero hacer un trabajo de integración : reafirmar el YO y el liderazgo personal dándole lugar al vínculo con el otro.

El trabajo de individuación para no disolver nuestro yo en el colectivo.

Es necesario que lo que hagamos en 2019 sea mantener y fortalecer nuestra consciencia, nuestro mundo interno, nuestra individualidad, para poder realmente sumar al proceso colectivo y no dejarnos arrastrar por él.

Cuando hay procesos colectivos importantes, como los que vivimos y que sabemos se intensificarán, es necesario desarrollar nuestra capacidad de respuesta individual. Tener claros nuestros valores, ideales, metas… conservando la consciencia colectiva y el centro de nuestro YO podemos ser parte de la transformación.

“Si tu palabra no aporta, mejor guarda silencio” reza un proverbio. Si trasladamos la enseñanza a todos nuestros cuerpos resumimos la decisión de convertir nuestra existencia en aporte. Esta es la invitación de un año donde los aspectos planetarios llevarán al límite las estructuras del mundo que conocemos y el reto será dual:

  • Mantener el centro y observar en paz
  • Discernir entre lo realmente nuevo y lo contestatario

Ser parte no es dejarnos llevar. Ser parte es acompañarnos. Por eso el 2019 debemos entrenarnos en la individuación -y expresión auténtica-, para llegar a un 2020 conscientes de lo que somos como personas y como sociedad.

El producto final que desarrollemos en este año 3 corresponderá a nuestra misión sólo si nace de la consciencia interior. Trabajar nuestro SER nos permitirá entregar al mundo una expresión sublime de lo que somos, un verdadero aporte al colectivo.

Ya saben, a no perderse.

Con amor,

Bea.-